13.4.06

La espada que te mató

La venganza jamás es una línea recta. Es un intrincamiento. Y, en un intrincamiento, es fácil perderse.
En tu propia senda, nunca debes olvidar de dónde saliste.
Hattori Hanzo a Beatrix Kiddo en 'Kill Bill'.


La espada que te mató estaba cargada de la fuerza de los siglos turbulentos

de mí y su hendidura mortal como garfio de monstruo enojado

como garra de mujer turbada en la noche de los crímenes que nunca quise

tú, criminal de ojos torvos te divertías y tu cautela era una roca de cristal

por la soberbia de tus testículos inflamados por el deseo

de arpías con jeans y traseros enormes como esferas de carne mórbida

por el dinero brillando en las mesas de lujo y lujuria

y el poder de tu huracanada avaricia perdiéndose en infinitas rutas

que recorrí sin sosiego con mi compañera, la espada reluciente en su viaje , la leal e insomne
la que te mató esa noche cuando sin piedad te vi muriendo por todas las alevosías que cometiste
y por la más vil que se llevó a mi amante, de quien jamás conociste un poco de su elegancia ni de su altura
nada que pudieras imitar, tú, farsante agazapado en tu revólver y tu saña como rata que mira a un tigre
gemías gemías en la hora de tu muerte, y se prolongó tu dolor hacia el alba cuando se cayeron tus ojos cenicientos
abrazé mi espada por la nobleza de su filo cayendo sobre tu impío corazón que rodó y rodó como alimaña moribunda
y en el alba eras nada, sólo un montón de sangre, nada como un resplandor muerto
y yo pasé encima de tu cadáver sin zozobra elevando mi canción secreta, la que jamás destruiste
la que perdura y me enaltece en la hora de la revelación y del grito
hasta siempre, hasta el lindero eterno, adiós a la perfidia
denme vino, me marcho.

7 comentarios:

Rain (Virginia M.T.) dijo...

La última línea debiera estar más separada, para darle una pausa y decir

denme vino, me marcho
.
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.
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.
sólo que no se graba ese espacio que quiero darle, por eso lo señalo en este comentario. Cuando lo publique en papel, le daré ese
espacio.

Salutes.

Reaño dijo...

Te doy vino y un abracillo - abrazote...
ven al bar que te espero, con las canciones que nos hablen como espadas que apuntan a las nubes.

Enigma dijo...

La venganza aunque dicen es mala, mata el alma y la envenena (quitandole lo rico a los tacos (asi deciamos de chicos) y demas...) es un sentimiento tan valido...

Saludos

El Enigma
Nox atra cava circumvolat umbra

Rain (Virginia M.T.) dijo...

:)
´

Anónimo dijo...

Denme vino, me marcho...
Esa samurai usaba sombrero de western, ¿no?

Me gustó mucho tu blog
Un saludo Vir&

Rain (Virginia M.T.) dijo...

Tremendo sombrero, sí

:) Me alegra un plus lo que comentas.

Estamos a mano, eh.

CÉSAR CASTILLO GARCÍA dijo...

Como dije, me gusta la intensidad con que escribes. Me familiarizo con el filo de tu espada. Hay un texto en http://eltiempodeotratierra.blogspot.com llamado La parábola de las rosas. Se parece mucho a éste.

Salud.