¿amistades virtuales?

Alguna vez pensé conocer a gente blogueadora. Me ilusioné con ello y después de un tiempo, comprendí que hay planos virtuales que para que fluyan deben quedar en ese campo hasta cierto punto etéreo de las relaciones blogueriles. No tiene por qué haber una necesidad de conocer personalmente al otro, a menos que algo excepcional te empuje a ello. En todo este tiempo, blogueando, tuve contacto con gente como Faxx que ya no está entre nosotros. Estuve a punto de conocerle, porque como decía hay algo extraordinario que te lleva a decir sí a una nueva amistad que del plano virtual pasa al campo real.

Por otra parte, me considero entre los que viven en una existencia jaloneada de improntus, azar, austeridad, sinuosidades, aprendizajes y descubrimientos.
Mis amigos están en su mayoría lejos, y los que están cerca, llevan unas vidas intensas con trabajos y estudios interesantes. Cuando nos encontramos, fluye una celebración de la amistad y me siento afortunada por contar con ellos. Así, como de estar para ellos cuando sea necesario.

Mas sé que ni a los amigos tienes por qué abrumarlos. No tengo ganas de abrumar a nadie. Esplendente la vida cuando la dejas ser sin amargura.
Dirán que lo de la amargura no es tan fácil desechar cuando has visto tanta mierda. Y no es que yo sea una optimista, sino creo que he pasado a otra manera de mirarme y me quiero cómo soy, dispersa, dudando, creyendo, desdiciéndome, equivocándome, nadando en un mar de interrogantes.

Si piensan a fondo en el curso de los blogs personales, se encontrarán con que en medio de lo vouyerista hay gente que anónimamente te lanzan basura y los que no. He leído en blogs comentarios interesantes de anónimos inteligentes, discrepando, aportando, proponiendo, y admito que en el puerto, nunca nadie me ha discutido nada como para apreciarle. Han llegado voces cálidas, anónimamente y divertidas también, mas alguien como para debatir, nadie.

Borré en todo el curso del blog, dos anónimos, uno que se involucraba con mi niño de la manera más fascista, demostrando la existencia de esquizoides de mala leche que pasan su tiempo, buscando cómo entretenerse con una falta de imaginación evidente.
Al fin también hay gente que conoces, con la que has sostenido largas conversaciones y que durante un buen tiempo, nunca te ibas a imaginar que era quien te mandaba anónimos ofensivos. Porque llega a ser hasta positivo que te critiquen lo que escribes, incluso con agravios. Sólo que no todo debe ser calificativos violentos, si no que debe haber sustancia en lo que te dicen para sacudirte y sacarte de la autocomplacencia si es que la tienes. Por ello, no creo ni delirando que yo sea perfecta. Simplemente se asume que escribo un blog personal y lo personal no tiene por qué ser juzgado. Si escribo sobre Susan Sontag por ejemplo, que disientan en algún punto, lo considero bienvenido.

( Ni siquiera aquel ratoncillo admirador de la política de Bush era interesante).

Cuando los anónimos escarban en tu blog y te conocen en la vida "real", y por revancha de diverso origen te tiran basura estamos en otro tema. Tema vivo que te hace repensar en las relaciones humanas, la complejidad y las contradicciones que derivan en una especie de enfermedad, esa en la que uno espía a otro y le manda su recado de insatisfecho crónico por todo lo que quisiera tener y no tiene: una fagocitación sadomasoquista. Así que no se trata de ser censores sino de sacarte de encima la mierda. Una mierda de la que ninguno de sus componentes te trae algún cuestionamiento válido. Porque válida no es la hipocresía ni lo malsano.

Sé hipócrita, dicen los seguidores de un Maquiavelo revisado y retorcido a lo máximo. O sino miremos los consejos del arte de la guerra, que los chinos trazaron en sus estrategias. Pues no me interesan sino para conocerlos y paso de ellos, no los glorifico ni los creo infalibles.

Removiendo en los intersticios mentales, recuerdo que dejé uno de los comentarios rabiosos en el que se hablaba de vernos colgados (sí, puede sonar gracioso, mas en su contexto era siniestro) a mí y a mi niño: lo dejé para saber que no lo había soñado.
¡Ah, y sí, habían comentarios insidiosos de Ana B! . E incluso alguien llegó para decir que ella y yo éramos la misma persona:
escribía usted con una rabia inicial que luego se decantó por un espíritu más heavy fanático religioso. La recuerdo y la saludo, si es que lee este post, Ana B.


Vivimos en una sociedad de enfrentamientos constantes. Eso no asombra. Sólo que no me interesa darle cobertura a anónimos que no son en realidad anónimos. Me corrijo, hablar en plural no viene al caso. No me interesa anónimo que no eres anónimo, darte vitrina.


*


La idealización de los sacavuelteros.


Nunca me he involucrado en relaciones con hombres que tienen mujeres. La historia de " ella no me entiende", "mi pareja me hartó" o " mientras que no nos enamoremos estaremos bien" no va conmigo.
Nada de amores trágicos, ridículos, clandestinos.

Por si acaso lo declaro a quien le interese.

Y es que si este es un blog personal tengo derecho a decir lo que no me provoca callarme. Y ya basta de trolls que se hacen los infratrolls.

Hay tanto por aprender aún y vivir. Eso es lo apasionante.