Destiempos

De pronto se tiene la certeza de haberse encontrado al que podría entenderse con una, sin temor a decir algo inapropiado.
Las palabras se corresponden, la percepción de los signos, la risa, lo que está ausente de las normas y las premoniciones.
Los agujeros negros mentales no importan...

Los rostros se armonizan, de mirada a mirada

la mirada está escrita maquínica extraña (la mirada está escrita)

No es hora de amar, es hora de cantar. Cantar y desamar, destruir la idea del amor en la posibilidad de su realización. Esa aparente confusión es el preludio del canto.

Desgajos, tú sabes. Destiempos.

Y después el silencio ascendiendo...




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Sucede que tengo un presentimiento y que vengo a compartirlo como si alguien pudiera ayudarme. Ustedes saben que lo que uno busca en realidad es ser escuchado y por eso escucha, para que no se olviden de una. Escuchar realmente, escuchar.

Decía el otro día, que no es modestia, mas no es que me complazca en mi egocentrismo ni que me crea fabulosa. Niet. Escucho, escribo, miro...

Es la soledad sin dramatismo.
Es hora de ingeniárselas y salir más, ver a los amigos, con redoblada razón, si son poquitos. Salir, aparte de los trabajos eventuales y de ir a comprar comestibles, salir aparte de las aventuras librescas.

Contrastes urbanos.

Una pelusa cae en mi mano (es el pelito de Doria que estaba en mi hombro, su cabello pelusa)

puedo hacer trazos y salir de mí misma

divagar, informarme, mirar largamente el paso de las nubes...


Al final, un golpe eléctrico de deseo, algo tan hermoso, que me demuestra la hondura de mi cuerpo.

Trac. El bólido tiempo en zooom y la madrugada llega.