12.8.06

Extrañamiento

Descubrí el origen de mi cuerpo en la hora desolada mirando un paisaje nocturno en la costanera, lejos de los ruidos de la ciudad y de las labores cotidianas, cuando los monocordes juramentos se pierden en el vacío y no hay vestigios de gritos. Esos gritos que amantes extrañados lanzan en camas pobres, cuando el alba se aproxima y los niños duermen, niños cansados que salieron a las calles a trabajar, lejos de las pantuflas cómodas, la leche tibia, el beso de la madre que susurra una suave canción. Muy lejos.

Mi cuerpo en la hora extendida por su metafísica, es silencioso, furtivo, se dobla para sentirse, mientras mis ojos le miran entre la niebla del tiempo y mi descolorida apariencia. Mi cuerpo es atemporal y traspasa el cuchillo de la soledad, cuando baila y se aquieta después de la violencia de los pensamientos vehementes: los sonidos de mi cuerpo se unen con el eclipse de lo que amé alguna vez. Es como si un requiem sonara en mi cuerpo, antes de buscar su luz.

La noche se levanta y se sienta sobre mis piernas, y me aleja de las escaleras, de los ritos simples frente a mi pequeña montaña de discos y la cara del gran Ludwing, orgullosa, extraña, en blanco y negro.

La ciudad es vasta y diminuta para extenderme su abrazo. Mi cuerpo se oculta en la noche, y la ciudad se oculta en mi cuerpo: la simbiosis le quita brillo acualquier posibilidad de amor. Lo sé y neciamente contemplo en la lejanía a alguien que no conozco, como si el sónico dulx no fuera esquivo, y la melancolía tuviera los minutos contados, porque la bomba estallará y se llevará, mi cuerpo, el tiempo fracturado, los sueños, los ecos de aquella voz. Ese todo despedazado por la bomba/pesadilla, un trazo de horror gigantesco, una maldición demoníaca con belleza sucia, y la Nada flotando directamente hacia el espacio solitario en que se deshacen los deseos.

Amanece lentamente. Soy bruma. Mi cuerpo se balancea en esa eternidad pavorosa que cabe en un poema o en una transfiguración mortal. Afuera, el invierno estalla una vez más. Soy lluvia. Mi cuerpo es la tormenta que asola mi interioridad: ingravidez del desamor, sinfonía, atonal tema rodante. Salgo a la calle, leo los titulares de los diarios, la esclavitud está en los ojos de la gente, sigo caminando, revuelvo mi bolsillo, volteo la esquina, entre la niebla escribo un graffiti en una pared anaranjada:

infinita xeterbrak
infinita infinita punzante serena punzante

camino luego sin prisa, niños uniformados pasan, policías uniformados aprietan sus fundas, acarician sus pistolas, mujeres exhaustas corren para alcanzar el autobús, los hombres se acomodan las corbatas, los choferes escupen, los ancianos llevan panes calientes en sus bolsos raídos, las secretarias huelen a perfume floral, la llovizna cae, la gente uniformada, los gritos matutinos, el vértigo, el ruido, las campanas de los templos anunciando las misas, las fábricas y las chimeneas, el smog y la bruma, siempre la bruma, y el recuerdo del éxtasis como una bofetada, duele. Mi cuerpo embiste lo que soy, frente a otros cuerpos, se acerca, se va, habla, intenta elevarse, mi cuerpo vuela, al final, se va, como si más allá le esperara otro cuerpo, iluminado antes de la caída, del desasosiego, aquel que se sube a los tejados y a la mesa, al libro y al pecho, cuando late como si todo estuviera a punto de desaparecer, en la explosión última, y de pronto estoy aquí, otra vez lejos, salté, y llegué a mi morada secreta, soy una outsider en su silla, mirando a dónde el invierno renace una y otra vez.






&&



La cabecera del puerto, cambiará. Será en blanco y negro o en sepia. Si no, con claroscuros, diferente a la que ahora está.


Si pudiera, en este mismo instante, estaría en el país de la nieve, allá donde hay pagodas y plazas enormes.


También me gustaría ir a Arequipa, otra vez.


Luego ir a Cusco, a tomar una cerveza en un lugar tranquilo. Querría caminar por las callecitas del barrio de San Blas.



Tengo unas flores de papel guardadas para Al. Y un origami que me regalaron hace tiempo, con amor.



Soy rain. Es una alegría rebautizarse en un acto irracional. V asterix también...
No sé por qué hay que aceptar obligatoriamente el nombre que una tiene. Hay nombres hermosos: si me llamara Doria, amaría mi nombre.



Las guerras: cada día y antes de dormir, me quitan luz. Aunque sé que si se acabaran y hubiera paz , esa paz de los días sin bombas estallando ni armas químicas matando a la gente,
la inquietud del spirit seguiría viva y el abismo de cada uno, seguiría allí, aunque lo sé, las guerras me quitan luz.
¿Sientes que las guerras te quitan luz?



Leonard Cohen: sus canciones son el punto exacto para levitar. Existe el amor si Leonard canta.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué frío en la calle. Aquí el frío desaparece.
Leo, me desvelo,
apagaré la compu.
Las madrugadas sabatinas son bulliciosas, livianas, engañosas o tristes.

Fuego Negro dijo...

...HAY UN RUIDO ENTRE TUE LETRAS...UN ECO SORDO,APENAS UN REBOTE GRIS QUE TE SUMERGE EN UNA MELANCOLIA ESPESA QUE AMENAZA CON LLUVIAS O CON LA INVITACION A RESPIRAR EL ASFALTO HUMEDO

SALUD Y MAS QUE SUERTE
UN VIAJE

KuruPicho dijo...

Hay una dewnsidad lovecraftiana en tu nueva entidad, querida Rain, en esa capacidad casi ubicua de desplazarse sin poder ser contenida que tiene la lluvia, de alcanzar la forma amada por la mentalidad occidental, esencia chorreante, fluída, borboteante, gárrula, parlante, musical,inapresable.El "eso" de la lluvia o rain es inquietante en su realidad fecundadora y al mismo tiempo sin rostro.Fluye como la alegría de una melodía del " analfabeto musical" de Leonard. Pues así es la belleza. Voy a disfrutar de la generosidad musical de ti, Rain. Saludos, muchos.

Anónimo dijo...

I, tú dejabas tu comentario y yo, antes , unos par de minutos antes había apagado la compu. Lo comento, porque estos azares del tiempo me resultan misteriosos. Sí.



Hay que abrigarse de todos modos. Mis manos están frías, mas no tengo frío...
:)



***



Sentir algo amenazante, Fuego Negro, no es lo que siento. has percibido ruido, es posible que sea el trac trac de la ciudad que interviene en el texto. Es posible.

Salutes invernales y grax Fuego Negro.




***




Xtino, es como una retroalimentación: en estos meses se opera algo que no sabría cómo definir, un plus anímico :), reflexiones radicales... sí.
Tu comentario viene a agudizar unas ideas interiorizadas. Te agradezco, diría que soy yo quien está llamada a agradecerte, porque al puerto llegas y me dejas siempre algo en qué pensar más, otra vez ...

Saluyes a Mont- zé y una mirada fotográfica a vuestra Asu.

tzarel dijo...

Podrían ser nombres polisémicos, V asterix, y otros más. Rain tiene el sonido y la sustancia de lo que es Virginia M. T.

Rain, la estética del cuerpo se altera en cada suceso; el extrañamiento confronta al cuerpo con sus imágenes proyectadas, diseminadas, distantes y cercanas. Por ejemplo yo percibo a mi cuerpo, y me separo de él en una actitud extrema de lirismo. Hay un escepticismo radiante cuando el lirismo se desprende de la retórica. Niego la retórica en mi cuerpo. Busco más que la experiencia hedonista. Como tú, en este punto, coincidimos plenamente.

Sé que todas estas palabras se perderían si las dijese a alguien que sólo lee palabras, cuando se trata de develarlas sin impaciencia. Tú comprenderás, porque el diálogo se fundó hace un tiempo.

Saludos tzarianos.

CÉSAR CASTILLO GARCÍA dijo...

Si yo fuera tú, desearía permanecer en ese profundo estado de extrañamiento, con todas esas imágenes evocadoras, y todo -claro-tu extrañamiento.

Estoy escuchando Calling you (si fuera el editor, en el fondo, al último, hubiera colocado un sonido con delay de "fuera de servicio". Qué bien cantada está esta canción. ¡Dios! Si gustas puedes borrar este mensaje pues la melomanía es contagiosa, se transmite por todas las vías. Bueno, hoy, después de leer tu último post, no puedo sino escribirte algo.

"Descubrir el origen del cuerpo", ¿qué es? ¿a quién se le ocurrió? ¿realmente existe? Creo que sólo pueden decir esto quienes realmente han penetrado a su más íntimo átomo, que son, definitivamente, quienes han amado alguna vez... Por eso la imagen angélica de un santo varón difuminada atrás, en el background de tu tiempo, que encarna la poiesis, una imagen sensible que cuánta fascinación causa, como en el hombre la imagen opuesta. "La noche se levanta", o se eleva, así como en ti se extiende "cualquier posibilidad de amor". ¿Existen tantos tipos de amor? (Dímelo a mí, subrayo tus palabras porque me son muy familiares). "Un trazo de horror gigantesco", como las visiones sobre la inmensidad en mentes que carecen de cuerpo... lo digo pues esa imagen me lo hace decir sintiendo y viendo -desde mi ángulo- tus imágenes. Quiero decir, alguna vez sentí el horror de sentirse solo en un espacio oscuro del que no tienes la más mínima idea. "Una maldición demoníaca con belleza sucia".

En algunos momentos se siente una fuerza inusitada en tus expresiones, como si millones de agujas penetraran tus poros. Te corta el cuello si vas ligero de equipajes. Me gusta tu fuerza; un poco se siente como una catarsis. Me parece que te deshaces de la cursilería que podría morar (o en todo caso, reproducirse) en ti. Disculpa la ingenuidad de mi verbo, confío que que sabrás correspoder. Eres fuerte pero sobre todo muy gráfica. Tus frases evocan algo así como la sensación del ritmo en la Divina comedia, mientras el poeta va penetrando hacia la caverna del dios maligno...

Te apoyo en lo de ir a Cuzco, recorrer todo el Perú hasta en su más íntimo átomo, conocerlo plenamente... y luego, para relajar la tarde, una cervecita, a punto de seis y media, en el muelle de alguna playa del norte... o un cafe en un barrio latino de París, etcétera... Me gusta Arequipa, es probable que a fin de año caiga allá

Anónimo dijo...

Podríamos hablar de los cuerpos o de nuestras percepciones, extensamente, Tzarel. Sería, sin duda una fecunda conversación...
Cuando me hablas de escepticismo radiante, pienso en las caminatas por la ciudad, escuchando su persistente ruido, la hosquedad de la gente, las noticias, (siguen la guerras, comienzan otras) y el escepticismo puede ser radiante en algún momento, mas se torna pesado, y sólo el humor lo aligera. Es posible que allí recupere lo radiante...

Bueno, a estas horas de la madrugada, quisiera creer que todo es radiante cuando escucho las canciones que me conmueven. Y no esa sí, sé que en realidad todo es un pálido reflejo, en todo caso, algo pasajero.
Sin embargo, sigue la música, sigue...eh, se cuela una pequeña gloria por allí.

Seguimos...
:)




***





Hola César.

Oh, bueno, que disfruten esa hermosa canción, aquella, aquel que quiera escucharla, que a mí eso me place. Es delicioso pensar que se disfruta, ese como otros temas. A mí me sacude Fantomas..., si te hablo de Fantomas, me explayaría, lo sé...


explicar lo que he escrito, sé que no es lo que alientas haga, mas
planteas inquietudes como la de saber cuántas posibilidades de amor hay. Creo que todas las posibilidades se hacen
carne e imagen mientras exista un deseo de comunicarse. Cuando ese deseo decrece en alguna de
las partes, la posibilidad decae y muere.


Lo de lo superfluo que es la cursilería, es por ejemplo
(¿todo esto suena un poco solemne?
en fin...sigo :)

cuando un hombre y una mujer o dos seres, de indistinto o del mismo sexo, -para no limitar las relaciones-
hablan de enamoramientos, se preguntan al respecto, eso me parece ( a mí ) cursilería, por ejemplo, o ver pelis de romances vacuos, novelas romanthic's, en fin, hay gente cursi que sería capaz de un acto heroico, y seguiría siendo cursi. No sé, por qué siempre pienso en eso... :)

ejemplos de cursilería hay muchos. A nivel de escritura, es común. Supongo que el hilo que separa lo cursi de lo no cursi, es un hilo que está por romperse si se le fuerza un poco.

:) César, déjame creer que no hay Dioses malignos sino traviesos, caprichosos, porque no hay Dioses sino imágenes de Dioses, nada más.


Arequipa y sus casas de sillar. Esas calles largas con veredas estrechas...una ciudad que es como un acogedor pueblo, limpio, con su volcán...

:) Que sea grata tu estadía, si vas a la Ciudad blanca.

Gran salute.

Vade Retro dijo...

He leído por ahí que el acto de cambiarse el nombre se realiza o mejor dicho se ejerce, ya que a mi modo de ver es un derecho, para así entrar mejor en las propias fantasías. Un saludo.

Gatito viejo dijo...

Vir&, da igual que te llames Virginia, o Rain, como tú quieras, siempre serás esa persona sensible oculta tras un nombre elegido o impuesto, tanto da. Me ha gustado mucho tu post, incluso lo he releído porque cada lectura me aportaba más y más datos sobre ti y tu estado de ánimo. Tienes una facilidad enorme por hacernos entrar dentro de tu alma:una casa muy acogedora y dispuesta siempre a brindar una estancia muy agradable, a pesar de esas pequeñas nubes que aparecen de vez en cuando y dan un aspecto triste y melancólico a la casa, por otra parte tan vital... Cambia todo lo que quieras de nombre, pero nunca de forma de ser. Sabes que te tenemos mucho aprecio.
Estaré pendiente de los cambios en el puerto.Un abrazo fuerte.

Rain (Virginia M.T.) dijo...

Hola Vade retro :).

Ah, es una cuestión lúdica y más...lo que define a uno es el todo, y los nombres son parte de una, expresiones, señales.

Me siento muy a gusto con Rain, V asterix claro, también y otros... Yo veo naturalísimo cambiar de nombre. Vir& lo usé un buen tiempo y tengo amistades que me llaman así, otras con alegría me llaman como saben, me gusta. Las amistades, por lo general son amables :)

Gracias por tu comentario.

Hasta pronto.




***





Mi buen gatito viejo, grax por el aprecio, eh. Tú sabes que es recíproco. Mi nombre sigue siendo Virginia M. T. Son los nicks, los variables. Mi nombre es mi nombre. El que una guarda para sí, es el que le gusta, el que ama, en fin..., con el que se identifica, mas como le decía a Vade retro, es una señal. Pienso que es una señal de identidad. En otros casos, los blogueadores sólo usan nick y no revelan sus nombres, los que les pusieron al nacer físicamente. Y bien, esa es una elección. Yo he elegido ser amplia en eso. Lo que considero que es amplio para mí, porque para otras personas, en cambio puede ser restrictivo. Es cuestión de cómo se ve la vida, al final, cómo ves este mundo de los blogs, cómo te presentas, cuál es tu opción. Por siempre, cuidar no ser conocido, mas que por nicks , o sea estar en el anonimato absoluto o no, aceptar la posibilidad de ser conocido alguna vez. Yo hace un tiempo, ni pensaba en eso. Luego lo pensé y no le di mucha importancia. Ah, recuerdo que una vez sí me importó por un suceso en al ámbito del ajedrez, mas luego lo olvidé y no le di importancia al hecho de que se supiera mi nombre. En fin, transcurrió el tiempo y aquí me tienes :)

Acerca de tu alusión a "las nubes, lo triste, lo vital...", Gatito viejo, resulta que así es la vida, también en los blogs, y mensajes como el tuyo son alentadores, lo sabes. Despreocúpate por las nubes, que si son nubarrones y traen lluvia, enhorabuena. Una lluvia densa y hermosa al final o con niebla y melancolic, que es también bella aunque sea terrible.

Abrazo más allá del viento blogosférico.
:)
Rain.