13.8.06

Ella amaba a Genet

Violette tenía la nariz grande grande. Era delgada y alguna vez escribió: "mi madre nunca me dio la mano". Violette sufría demasiado, era trágica, la vida había sido cruel con ella: eso es más que una afirmación, es la verificación escrita de un hecho ineludible. Violette fue una marginal desde que nació. Si no hubiera venido al mundo, nadie habría leído La bastarda, por ejemplo. Ella no se habría arrastrado rasguñando las paredes, por Genet a quien amargamente, amó.


Él era un hombre extraño para la mayoría de gente. Para Violette, jamás lo fue, sino un ser parecido a ella en lo esencial, otro paria más. Un renegado, un escritor, un demonio hermoso.

Los amores no correspondidos matan a la gente cuando se convierten en extremas nebulosas, tormentas, mares revueltos. Perversidades hundidas en el deseo frustrado. Violette Leduc escribía, Jean Genet escribía. Ambos hubieran sido quizás grandes amantes, si Genet no hubiera sido un pasional amador de hombres como él. Muchachos negros, militantes de 'Las panteras negras' en Estados Unidos, allá por los años 70.

Violette era arisca y se torturaba porque se sentía fea. Ella era interesante y no se daba cuenta de que lo era. Simone de Beauvoir fue testigo del amor revuelto de Leduc por Genet.
Cuando pienso en esos amores no correspondidos que matan al que sueña con el que le desprecia o no le da valor alguno, me pregunto qué es del orgullo, de la soberanía, ese peldaño que es tan fuerte como para mantenerte allí sin lágrimas. Tal vez, mientras es más constreñido el mundo del amador no correspondido, más grande e indefenso es su loco amor. ¿O acaso no es así? ¿Acaso nada tiene medida ni cura y la inteligencia emocional es un cuento barato que a la hora de la verdad no sirve?.

Genet amaba, desamaba, solamente quería. Había dejado atrás la cárcel. Le habían llamado San
Genet. Él se desconcertaba y no podía gritarle a Sartre que por qué diablos se había atrevido a llamarle San Genet. Sartre era el artífice de su libertad al haberlo descubierto como escritor y movido con eficacia una campaña que logró arrancarlo de la sórdida prisión. Genet no era desagradecido ni un vulgar tipo de las insolencias inútiles. Si insolencia era la de ser como era en el tiempo de las moralinas aún imperantes en Francia.

Violette Leduc era una flor quebrada. Tan sólo se apoyaba en la escritura, como una rara avis de la crudeza y el desamor.
Cuando estuve insomne en un tiempo que se fue, pensaba en ella, en Violette y su desolación. La quise, aunque me molestara imaginarla humillándose tras de un hombre. Aunque este hombre fuera Genet, quien fue cruel con ella sin proponérselo conscientemente, porque la crueldad tiene caras diversas y una de ellas es el velado desprecio hacia el otro ser que es como una sombra chinesca que pasa ante el cruel. Un objeto de estudio, un objeto sin color ni sabor, o alguien invisible.

Las actitudes cambian con la transformación de las ideas y los prismas para ver la vida. Ahora una puede apasionarse por alguien y sin caer en el despecho (éste es demasiado ridículo) reírse del que no le quiere, reírse de si mismo como en una tragicomedia. Luego viene una especie de cinismo, el único que vale la pena tener: reírse de uno mismo, después de secarse el rostro mojado, por esa pena temporal. Siempre es benéfico dejar caer alguna lágrima, antes que nazcan los brotes de ese cáncer que acaba con el que sufre, quien reprime en un intento por ser duro, las lágrimas, esa gotas que sólo se contienen con un sobreesfuerzo. Ah, déjalas caer, le diría a ese chico -que se arranca algún cabello en un gesto desesperado- y que llueva en los ojos, hasta que la hermosa niebla venga y las lágrimas se vayan al lugar de los sueños idos.

Como si pudiera venir un mago en medio del caos, sin ángeles guardianes cerca ni lejos, solos, completamente solos con el mago inventado, el mago que nos dicta maldiciones, alguna palabra antidiluviana, algo parecido a un elástico que ajusta las ganas de desnudarse para encontrarse a solas con uno mismo, sin velos, al borde del propio abismo.

Oh, el abismo puede estar en la ducha.

Irse al baño, dejar correr el agua, viajar dentro de la bañera, con los ojos cerrados. Ah, qué suave la espuma sobre el cuello y cada parte del cuerpo. Olvidar, sujetarse al sonido del agua: otra vez la lluvia helada que cae y el sonido de una carcajada. El frío del azulejo y el espejo que devuelve la imagen del cuerpo en su hora solitaria, cuando nadie viene a tocarlo. La refrescante soledad en los ojos y un pálpito, un augurio, un grito contenido. El fin.

Violette, tu cuerpo no existe ya, el cuerpo de Genet, tampoco. Algún día, nuestros cuerpos tampoco existirán. Algún día.




Ilustracion: Genet, dibujado por Alberto Giacometti.

15 comentarios:

tzarel dijo...

Fue la odisea de Violette.
Tengo unas ideas centrales desatadas que van por sí mismas saliendo. Aquellos amores son expliadores de lo que uno es, me decía un amigo que no se recuperó hasta después de un largo tramo de días oscuros.

Volveré.

KuruPicho dijo...

ASTERIX, tengo ke reconocer ke, machistamente, no conocía a esta autora francesa hasta leo sobre ella en el puerto.Me pongo agora mesmo a buscar más información sobre la chica y ahí podré comentar alguna cosita para aportar contigo. saludos

Xavier dijo...

el retrato no será de Alberto Giacometti?

George dijo...

Violette, me recuerda a Camille.

Rain (Virginia M.T.) dijo...

Así es Xavier, gracias por la pregunta. Poner el nombre completo es lo pertinente. De escultura, apenas si conozco a Rodin y a los clásicos. Giacometti sólo me sonaba a reminiscencia. Ahora me he interesado por este dibujante-escultor... (pongo el nombre ahora, sin el thumbnail)
Grax, nuevamente.

***









Kurupi, yo misma en un momento fusioné mentalmente a Violette y Albertine Sarrazin. Sólo que Albertine, es más dura, descarnada y más dura. Esa es lo que me quedó en retrospectiva. A ver si al leer nuevamente a las dos, giro en eso..

Grax, sé que a dónde vas. te interesa aportar...
:)




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Tzarel, espero esas ideas o lo que quieras compartir y/o aportar.
Acerca de los días oscuros, imagino cuán sufrientes eran. También he compartido en conversaciones hasta el amanecer, sobre esos amores expoliadores.




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George, ¿Camille?

Anónimo dijo...

esas cosas pasan

suceden tambien

luego pasan

o sea acontecen nomas

luego avanzan

Hipolitta dijo...

Es un texto maravilloso.
Amores así son defensas para no amar.
Saludos

Rain (Virginia M.T.) dijo...

Una real dialéctica, de veras, eh Cananeo :)




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Di, entre algunos días agotadores, paso yo también...
me dejas pensando Di.

Hasta pronto.





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Hola Hipolitta, esos amores dejan paralizados a muchos, y sí, e convierten en recursos para desamar.

Grax por tu comentario. Espero que sigamos en contacto.
Chao.

George dijo...

camille claudel, una escultora, pero ahora que lo pienso también me recuerda a pizarnik.

ese amor/desamor, o quizá esa manera de amar ocurre más seguido de lo que pensaba antes (de cualquier fecha), lo cual me recuerda que luego de 6 años aún trato de alejar su sombre de mí, es complicado.

Eleafar Cananita dijo...

hace timepo que no conversamos... a ver si un dia te animas a aparecer por el msn

Rolando Escaró dijo...

hay amores que torturan, aunque la tortura venga de uno mismo y use el nombre del amor para no usar el propio

Rain (Virginia M.T.) dijo...

Sí, a secas, Camille y no la asocié en el momennto de leer tu comentario a Rodin, que estaba casado cuando ella fue su amante, su alumna, y más allá de ello, o con ello, escultora, cuyos trabajos, desaparecieron (se llegó a decir que Rodin se robó algunos: terrible, eso empaña lo que se sabe de él...)

Ah, sí es complejo...mucho.

George, sobre Alejandra Pizarnik, si no sabía ni sé aún, haya sentido estos amores terribles. Ahora que aludes a eso...después indagaré.

Grax y hasta pronto.



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De veras , Cananeo, caramba, hace bastante tiempo :)




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Digler, boomerang caótico, como un tsunami emocional...

Salutes.

reds dijo...

tan solo un arbol, una navaja y dos iniciales, V e G

George dijo...

Pizarnik, creo que estuvo (des)enamorada de uno de sus profesores, ahora no recuerdo el nombre, pero me refería más al hecho de la soledad y de sentirse fea (¿?)

Rain (Virginia M.T.) dijo...

Bien trazadas las inciales, con fuerza de rasguño, tal vez en una tarde de verano, con bramido de algo incontenible, qué sé yo...

Salutes Reds: tu comentario me hizo alucinar una historia psicótica :)


***



George: ah, mira, era eso. Las fotos que he visto de ella, me muestran a una mujer que emanaba una personalidad tan fuerte que traspasaba el papel del revelado. Era algo indefinible, no se sabe si una personalidad fuerte por la melancolic o porque su rostro en sí contiene en su actitud lo que escribía...

grax por el diálogo, por dilucidar lo que yo podría haber comprendido difusamente.

Hasta pronto.