4.7.06

Ligereza

Los cambios de humor pueden ser vertiginosos. Ah, mas no ser lunáticos. Evitar poner caras largas, largas como si fueran sábanas arrugada con ojos, mismos fantasmas de la infancia sólo que ya sin el juego y con amargura, niet.

Por eso

antes de salir a comer un pay de limón (de verdad, es que a veces imaginaba que me lo comía)

y uvas con Al

recordé a un amor platónico de mi pubertad y adolescencia. Aunque ya no soy una quinceañera, aún pienso como antes en Bruce Lee cuando imagino lo grácil

como si saltara sobre el pasto mojado cuando llueve,

como si jugara a la historia sin fin


Le veo a color, saludándonos.

- "Hey Alvar, ven conmigo a hacer ejercicios" diría y a mí me regalaría una sonrisa, de esas que te dejan sin aliento.

Oh, yo con mi expresión de chica enamorada y mi cuaderno rojo y negro extendido para que me firme un autógrafo.

Casi al borde del desvanecimiento, misma fan de una época dorada, cuando el amor de los fans era candoroso. Ese candor azul que ya no existe

o al menos casi s e ha extinguido entre la chiquillada

casi.

Oye Bruce, eras tan hermoso. O eres tan hermoso, eres inmortal.

Ilustración tomada de Google.


6 comentarios:

tzarel dijo...
Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.
tzarel dijo...

Soñaba cuando tenía diez años en ser como Bruce Lee y mi padre me dijo:

hijo, adquiere hidalguía ante todo, si quieres ser como Bruce Lee.

Supe que realmente esa era la premisa para ser como mi héroe. Llegué a los 11 años y la música me absorbió y luego llegó Dadá, con lo que me convertí en un chico desinteresado en hacer relaciones públicas, y por eso este universo bloguero me resulta ideal. NADIE SABE QUIÉN SOY NI CÓMO SOY.

La música es mi espacio y el espíritu dadá lo que me da la sensación de libertad. Sensación y sensación, en un ciclo que cambia convertido en inmanencia.

Así, el conjuro para liberarse es simple.


Saludos.

Rain (Virginia M.T.) dijo...

Hidalguía, suena a palabra antigua, como una postal amarillenta,

un farol con un siglo de vida,

el tesoro de un príncipe,


las cartas de Cyrano de Bergerac,


la valentía del noble gladiador Máximo.


Y dadá interviniendo con el juego, el revés, o la locura,

salta salta salta vuela vuela vuela


Como Bruce Lee, valiente, esbelto, conmovedor.

Fuego Negro dijo...

mire y vi una foto en sepia...un recuerdo edulcorado por los años donde ese morocho que no rie se parece sospechosamente a mi

me trago la memoria


salud y mas que suerte

Anónimo dijo...

Extraño icono que despertó en los adolescentes diferentes interpretaciones. La que más llamaba la atención era la de su indestructibilidad. Lo que todos los jóvenes querían ser: invencibles. Una especie de escudo ante ciertas vacilaciones sociales donde se manejaban conceptos de inseguridad ciudadana.

También una subcultura de gente a la gresca que manejaba los luchacos y provocaba peleas. Lo más inquietante el mito de su muerte más que el de su vida. Pero yo era más de Kung Fu, por su impregnación taoísta.

XIGGIX dijo...

bruce lee era lo maximo para mi, una de las pocas personas a las q he, casi idolatrado, por la estetica y creatividad en sus movimientos, y mas aun, su velocidad. fue breve su vida, se fue de pronto un dia, igual q mi padre. tengo un sobrino q vive en seatle, la ultima vez q vino se llevo el ultimo cinturon q obtuve de mi escuela, y le dije q lo pusiera sobre su tumba
saludos,virgin