Platino

Cuidar las palabras: medir su efecto, estar alerta. No ser efusivos. No decir nada que suene sentencioso. Ser encantador/a o sino en el peor de los casos, ser agresivos con el que nos cae antipático, calibrando cada palabra, cada mirada.

O callar: mutis autodirigido. Mutis y nada de amargura. Qué espíritu tan poco grato, señora, señor, señorita, niño. Vuele usted sobre cualquier tipo de violencia.

Tenga su carta bajo la manga, mientras escucha una excelsa sonata, eh.

En resúmen, ser calculador. Del buen cálculo, dependerá su éxito señor. Por favor, no transpire y diga siempre cosas lindas.

No meta la pata, nunca. No se lo perdonarán, aunque le digan que todo pasó.

Patitiesa . Experimentación de la inteligencia emocional en su batido especial.

Hable con naturalidad, mientras, declare su inocencia, sea elegante, siempre, siempre, por favor. No pierda la compostura. Manténgase lozano/a y salude a todos con delicadeza.


Sea usted, puro platino. Bendecido será por los siglos de los siglos. Es un decir.

Por favor, por favor, por favor, cuídese del rencor y aprenda a cantar. Si toca algún istrumento y sabe sonreír, su seducción no fallará. No lo olvide, sea angélico en la nota pop. Cuando esté muy molesto y triste, ocúltese y no revele su debilidad. Por nada del mundo, eh.


Soy una necia, nada de esto lo cumpli.

Ilustración: 'Efectos del temporal', de Gabriela Mazzanoglio.