Hoy vi una muchacha que lloraba mirando por la ventanilla del viejo bus.
Clac, sonido de motor gastadísimo.
Clac, el mundo gira. Clac, alguien sufre a tu lado.
Ella lloraba. Se levantó el hombre con terno que iba a su lado y tomé su lugar. Recordé cuando yo lloraba también, cerca de una ventanilla, ocultando mi rostro como ella lo hacía ahora, con el mechón de cabellos, la erizada mano, el sollozo contenido.
No tenía pañuelo ni nada para secar las lágrimas. Parpadeé y le alcanzé un pedazo de papel tisú. Ella me miró rápidamente y musitó un "gracias". Casi una niña, con acné en su cara rosada, con olor a colonia de baño, y con libros sobre sus rodillas. De pronto me miró y dijo:
"No me voy a matar. No."
Le sonreí.
- Claro que no. Le dije.
Se levantó lentamente y me miró ahora sí un instante, y todo lo que me había pasado por la mente decirle, se quedó en una sonrisa, en una leve caricia a su brazo que me pareció el pedazo de una ala quebrada.
Sonrió. Se fue.
Seguí mirando por la ventanilla, a lo lejos sus pasos rápidos desaparecían de mi vista.
Recordé que debía buscar una postal para L. Recordé también que mi niño esperaba sus galletas de coco. Sacudí la cabeza, salí del bus y bajé entre la gente, el sopor y los ruidos.
Moviéndome entre la gente, con el leve sol encima, la cara de la muchacha volvió a mí.
Sonreí, seguí caminando.
Simplemente seguí caminando.
Ilustración: Poster suizo.
Fotografía: Bill Brandt.
Clac, sonido de motor gastadísimo.
Clac, el mundo gira. Clac, alguien sufre a tu lado.
Ella lloraba. Se levantó el hombre con terno que iba a su lado y tomé su lugar. Recordé cuando yo lloraba también, cerca de una ventanilla, ocultando mi rostro como ella lo hacía ahora, con el mechón de cabellos, la erizada mano, el sollozo contenido.
No tenía pañuelo ni nada para secar las lágrimas. Parpadeé y le alcanzé un pedazo de papel tisú. Ella me miró rápidamente y musitó un "gracias". Casi una niña, con acné en su cara rosada, con olor a colonia de baño, y con libros sobre sus rodillas. De pronto me miró y dijo:
"No me voy a matar. No."
Le sonreí.
- Claro que no. Le dije.
Se levantó lentamente y me miró ahora sí un instante, y todo lo que me había pasado por la mente decirle, se quedó en una sonrisa, en una leve caricia a su brazo que me pareció el pedazo de una ala quebrada.
Sonrió. Se fue.
Seguí mirando por la ventanilla, a lo lejos sus pasos rápidos desaparecían de mi vista.
Recordé que debía buscar una postal para L. Recordé también que mi niño esperaba sus galletas de coco. Sacudí la cabeza, salí del bus y bajé entre la gente, el sopor y los ruidos.
Moviéndome entre la gente, con el leve sol encima, la cara de la muchacha volvió a mí.
Sonreí, seguí caminando.
Simplemente seguí caminando.
Ilustración: Poster suizo.
Fotografía: Bill Brandt.
14 comentarios:
Un post que refleja perfectamene tu personalidad :)
Un beso
Las personas que lloran en las ventanas de los buses, en las esquinas, en las bancas y aquellas que lo hacen mientras caminan, siempre me han parecido salidas de otro mundo. Y siempre tengo la actitud de mal gusto, de observarles con reverencia, de estudiarles con temor y seguirlos con afecto. A mi también me tocó alguna vez llorar a lo largo del sardinel de una avenida. Nadie me retrató en ese entonces, una pena. Un rostro afligido ya sea por el dolor o por el placer es siempre un encargo para el dibujante.
Y las lágrimas de la colegiala se resbalan por el lado interior del cristal como gotas de una lluvia tan extraña como cualquier sueño.
Hay una canción un poco cursi que dice: "sobre un vidrio mojado escribí tu nombre sin darme cuenta...". Esta muchacha debería haber dejado algún mensaje en la ventana del autobús: "no me voy a matar", "gracias", "adiós", "aire, soy como el aire", algo adolescente.
Escribes muy ameno, se te lee muy bien.
Un saludo.
Me gustó la parte que dices: "se quedó en una sonrisa, en una leve caricia a su brazo que me pareció el pedazo de una ala quebrada"
Cómo con tan tan poco se puede expresar tanto!
Sin querer representaste a un Angel...
Lo triste es cuando ese Angel no llega... y lo único que te puede librar de la pena y el llanto es pensar que todo va a estar BIEN.
Salu2.
recuerdo cuando iba en un taxi camino a casa con el alma destrozada, era de día y el cielo nublado acompañaba mi pesar, mientras mis lágrimas caían sin cesar y sin percatarme de quien me viera o no...estábamos solos mi dolor y yo.
ocultar tu llanto en otro rostro,
el paisaje, el caos, por aquí por allá. por todas partes...
y lo unico q importa es la niña y sus lagrimas.
saludos vir. Gracias por las canciones.
A veces sobran las palabras y una sonrisa es la mejor respuesta ,como la que tú le diste a esa muchacha . Saludos
De verdad no soporto ver llorar a una mujer, me pone, no sé, no me gusta ni siquiera imaginar a una mujer y menos joven llorando, pero tu sonrisa Vir, ese gesto de solidaridad, me conmovió, comparto lo que dice Noemí, ahí te vi como eres, esa sonrisa valió la pena, a pesar de la lluvia todo el trayecto a casa me fui sonriendo, quiero imaginar que esta jovencita también le pasó lo mismo. Recibe un saludo.
si Vir, como un angel, estabas en el momento justo, me pregunto todo lo que tuvo que pasar en el universo para que coincidieran en aquel bus para que colocaras tu manos sobre su brazo, para que supiera que habia una persona cerca, para que supiera que no estaba sola.
un abrazo querida Vir.
A.P.
Vir, con qué serenidad reflejas esa anecdota!!! de verdad!!!
Esa actitud la conservaste y nos la trajiste en tus letras... y esa actitud fue la que hizo que la chiquilla templara su desahogo...
Muy bien, linda Vir, muy bien!!!
Nos templas a nosotros también....
saludos y abrazos
Noemí, Eleafar Cananita, Nicho, Murcielagato, Alejandro, Cielo, Viollacea, Kubi, Gatito viejo, Ce pequeño, Antonino, Naxos, Sky.
A cada uno de ustedes los conozco vía blogs, y de cada uno tengo un recuerdo. Ay, no es que me ponga trascendente,lo que pasa es que es verdad. Y sus comentarios me dicen más...
Cualquiera de ustedes hubiera hecho lo mismo, y yo lo he contado, y me doy cuenta que las lágrimas a todo se nos ha escapado alguna vez....
Jodidos hemos estado y a veces seguimos jodidos. Las lágrimas, esas gotas que salen de los ojos profusamente...y a veces nos acompañamos solos, no hay quien nos
toque el brazo. A darse cariño uno solo, creo... A irse por allí a vagabundear si se puede, a ver el mar, nada como el mar. A ponerse la coraza, quizás, como decía París.
O a dibujar una cara cómica, algo que sea una salida, porque al fin llorar, sí, que hay que llorar,mas ya basta,llega un momento que ya basta. Y bueno, me fui por la tangente. Qué puedo hacer, me voy por las ramas, cuando lo que digo, se me hace tan blue o tan no sé, caótico ... y luego sigo caminando,y sigo...
Salutes a todos, si acaso asoman por aquí.
Vir:
Lindas palabras. Creo que tienes razón, lo que personalmente destaqué fue que tuviste la serenidad de contarlo transmitiéndo esa serenidad... y eso me encantó...
Incluso se sigue oyendo eso: hay mucha conciencia tras esas y estas palabras....Muchas vivencia y sollozos
Pero también muchas sonrisas: hay una propuesta de Nahir y de Laura, de poner la sonrisa de uno en cada blog, yo ya puse la mía en FILUM...
Participa!!
saludos
Mi querido Adriano, veo tu invitación.
Estelar,
atenta estoy... te escribo.
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