El gigante enamorado

Yo soy el musculoso, el rey.
Ilustración: Cartel de cine polaco.

Y ahora un divertimento:

Encima de los tambores, me paro con donaire,

a lo lejos veo a mi chica con su cara pecosa cual divina que llega,

músculos distendidos en mi afán de sorprenderla

bizarra y distraída, mi diosa es,

ella ama chicos delgados que piensan mucho, se pierden en libros,

son flacuchentos y medios locos con poesía revuelta y complicación,

yo soy la poesía mayor con bíceps,

mi rojísimo corazón vale su peso en oro,

yo soy el musculoso, el rey,

mi diosa pecosa se va a enamorar de mi y nadie absolutamente nadie podra contra mí,

ni un rasguño me darán porque soy el monarca de la salutación.

El arlequín sentado piensa:

pobre gigante alucinado

los flacuchentos poetas ya te contradijeron

tu diosa pecosa entre el gentío ya se desvaneció.

El gigante salta y da un volantín,

intempestivamente se aproxima un policía con su vara y le dice:

salga de la vía pública,

el gigante que ya se dio cuenta que su diosa escapó

desata su furia y con un solo manotazo envía al policía lejos, tan lejos

a donde ni siquiera tú podrías adivinar...

Para Hope, elevada y bonita en su acción.