Un día cualquiera

Hablemos de monstruos una vez más. Según se lee en los diarios, el Monstruo de la Isla Maciel se está comiendo una familia aquí, otra allá (ojalá no tenga nada en tu contra). Esta vedette no es de las bestias que aparecen en las grandes películas. Tampoco pertenece a la jauría plástica de Taiwan. Es feo, feo y muy distinto. Es un monstruo que ha ganado con los años...

Indio Solari*

Leer un poco de Indio Solari, al final del día me sacó de la nota trajinante, un micro-stress galopante que la deja a una, como ser/cortado. Una mínima expresión del desasosiego.

Poco a poco fui imaginando al Monstruo subiendo las escaleras(aunque podría volar con algo de esfuerzo, mas como estaba muy gordo, prefería no hacer ese pequeño intento); y en plan algo mezcla de Buñuel y mío, vi al Monstruo, metaforseándose paulatinamente. De pronto ya no era tan monstruo y bastaba darle un chocolate primorosamente envuelto en una envoltura platinada, para que escuchara razones y desistiera de abalanzarse sobre una.

Bien visto, al Monstruo de Maciel se veía transfigurado en una conversación interesante. Era un Monstruo amante del cine y justamente le encantaba las películas de Tarkovski: "estoy harto de encontrarme con gente que dice no comprenderlo, sosteniendo que es muy lento y que mientras un solo movimiento suyo dura cinco minutos en otras películas dura medio minuto. ¿Recuerdas la escena del riel en 'Starkel'?" Cuando respondí que sí , vi un brillo en sus ojazos azules/rojos y cierto erizamiento de sus rubios cabellos, y claro, me contuve para no reír , porque el efecto era tremendo.

El Monstruo tenía tres piernas y el rostro surcado por arrugas demasiado profundas. Y lo que le había endulzado la expresión era la nariz que antes era prominente y ahora se veía graciosamente respingada. Tal vez en exceso respingada si se le miraba de perfil. Como este Monstruo era imaginado, bastó el oooooh de mi hijo para que mis delirios se esfumaran. ¡Zas!, algo que a veces acometen los niños, tan tiernos, ellos con sus bullas cotidianas. Adiós Monstruo de Maciel, me gustabas mucho al final.

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'Sweet Georgia Brown', de Joe Venuti me recuerda a Kika. (Para quien desconoce, porque recientemente o hace poco ha llegado al puerto, Kika es quien ha sustentado el maravilloso término 'pensamiento papalote' : tiene un post ilustrativo al respecto, que sí recordarán los que ya vienen por aquí hace tiempo) .

No sé, es algo que asocio: música y gente. Seres concretos. Extraño a Kika. A su manera particular de escribir, y a su calidez mezclada con ironía. Eso me encanta. Quizás mientras escribo este post, ella volvió a su 'Corazón de melón' y ya escribió otro post, o tal vez pudiera ser que ambas estemos escribiendo al mismo tiempo ... O tal vez esté durmiendo y mientras tú estás aquí, ella y yo despertamos, o ella está comiendo algo delicioso o está entre pensamientos papalotes y rizomas... ¿Quién sabe? es la trasposición de los tiempos. Mientras Roberto Zucco comienza su día allá en Zaragoza, yo escribo pensando en él, en Kika, en el Torneo de Ajedrez en el que juega mi hijo, Bolaño con 'Una novelita lumpen' y se cuela terriblemente la imagen del peruano al que unos policías yanquis le echaron gas pimienta por no entrar a una maletera. Le reventaron los pulmones. Y me digo, todo esto es una gran mierda y no me acostumbro ni quiero aceptarla .

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Jaulas.

Regresando a casa, mi hijo me contaba que hoy vio a ciervos, osos, otorongos, monos, y otros animalitos en un zoológico acondicionado dentro del Colegio donde se está realizando el clásicoTorneo de Adecore- Ajedrez. Un zoológico bien cuidado, limpio y rodeado de mucho verdor. "Jugué con el ciervo más lindo y le di de comer. El ciervo me quiere y le voy a poner un nombre", me dijo, evidentementeemocionado. - ¿Ah sí? y ¿cómo le vas a llamar? le pregunté. - Tengo que pensarlo bien mami. Es un ciervo muy bonito, ya te dije.
- Ah. Y cuéntame, ¿qué te gustó más de lo que viste? entretanto algo dentro mío se movía entre triste y amargo.

- Los animales son todos lindos. Pero tengo pena.

- ¿Eh? y los latidos de mi corazón, hicieron bum-bum-bum rápidamente uno tras otro.

- Están prisioneros, mami. Están en jaulas.

- Y ¿cómo los verías si no estúvieran en jaulas? pregunté como abogada del diablo.

- Preferiría que estén libres y no en esas jaulas grandes, grandes...

Lo miré. Miré a ese hombrecito de nueve años, y plaf, eso, como ustedes imaginan: lo abrazé y como ya es costumbre nuestra, mediando el preámbulo, fui a preparar algo sabroso.

Nos estiramos : distensión de músculos y respiración profunda.

- "Bailemos mami" dijo Alvar.

¿Acaso escatimaría un momento de gloria a mi niño? (Cuando se baila en una onda dionisíaca, es la gloria).

Nos pusimos a bailar; esta vez fue 'I want to be happy' con Venuti exacto para el improvisado ágape (F y A llegarían al rato).

Y así fue, al baile le agregamos esas papitas crocantes que vienen en caja, divinas, con limonada refrescante.

No sé por qué diablos, recordé al Monstruo de Maciel, con sus tres piernas enfundadas en terciopelo rojo y sus cabellos erizados: él bailaría desfachatadamente como un verdadero Monstruo, o tú ¿que crees?.

*Indio Solari