Y el caballero confiesa sus más profundas angustias a la Muerte que se hace pasar por un sacerdote...
Caballero: "¿Por qué, al menos, no me es posible matar a Dios en mi interior?. ¿Porqué prefiere vivir en mí de una forma tan dolorosa y humillante, puesto que yo le maldigo y desearía expulsarlo de mi corazón?. ¿Sabes?. Estoy a punto de llegar a una conclusión... Creo que Dios es una especie de realidad engañosa, de la cual los hombres como yo no podemos desprendernos... Por eso yo quiero saber. No deseo creer. Ni suponer, sino saber... Deseo que Dios me tienda la mano, ver su rostro y que me hable”.
Muerte: “Pero se calla”.
Muerte: “Pero se calla”.
Caballero: “Así es... Le grito en medio de la noche, pero es como si no hubiera nadie en ningún sitio”.
Muerte: “Puede que no haya nadie”.
Caballero: “Sí, ya lo he pensado. Pero, en ese caso, la vida sería un horror absurdo. Nadie es capaz de vivir con la muerte ante sus ojos y creyendo que todo ha de desembocar en la nada más absoluta”.
Muerte: “La mayor parte de los hombres no piensan ni en la muerte ni en nada”.
Muerte: “Puede que no haya nadie”.
Caballero: “Sí, ya lo he pensado. Pero, en ese caso, la vida sería un horror absurdo. Nadie es capaz de vivir con la muerte ante sus ojos y creyendo que todo ha de desembocar en la nada más absoluta”.
Muerte: “La mayor parte de los hombres no piensan ni en la muerte ni en nada”.
A solas, volví a ver, después de varios años 'El Séptimo sello' (1956) de Ingmar Bergman. Cuando llegué al diálogo que inicia este post, hice click a la pantalla. Necesitaba un instante en quietud y con la escena suspendida. La profundidad de su mirada existencial, la supo transmitir Bergman al actor, Max Von Sydow quien interpreta a un Caballero medieval, inconformista ante los supuestos, las respuestas aceptadas sin haberse planteado antes preguntas, escudriñando lo indeludible: la muerte.
Antes de ver el cine de Bergman, y en especial este film, hay que hacer una especie de ceremonia intimista, limpiarse de ruidos mentales, atraer cierta serenidad, una predisposición anímica que bien puede alcanzarse con una meditación breve, luego de haber leído a William Blake, por ejemplo, o si no la Biblia, no necesariamente el Apocalysis, que prefigura lo que se escucha al inicio de la película. Para algunos podría ser absurdo leer a Blake, cuya poética es
osada y mezcla de misticismo y herejía, mas eso depende de cada experiencia. Es algo personal.
Oír a Bach antes de ver 'El séptimo sello' es ir en busca del preámbulo perfecto. Y antes que todo ello, haber explorado algunas fuentes del cine en su vertiente existencialista. Un referente magistral es 'La pasión de Juana de Arco' de Carl Theodoro Dreyer (1928) donde lo místico se funde con lo existencial en esas inolvidables miradas -donde se revela lo que llamamos Alma- de Marie Falconetti, interpretando a Juana , la joven sufriente, objeto de torturas por parte de los Inquisidores.
Aunque, siendo difícil que 'La pasión de Juana de Arco' se proyecte en las cinematecas -de hecho en la Filmoteca del Museo de Arte en Lima está y en los cines clubes de las ciudades del mundo es imprescindible- la alternativa es dotarse de una actitud propicia para ver 'El Séptimo sello' . Si no es así, y se la ve como un film lento -cuántos se espantan con la lentitud en las escenas de los filmes de Tarkovsky- en blanco y negro, quedando relegada en una burda apreciación. Si se es fan de los filmes de Van Damme, la posibilidad de entrar a esta película de registros visuales intensos, será seguramente nula.
Cuando veía la película, recordé a Artaud cuando se refiere a la peste como 'una fisonomía del
espíritu del mal' . Tal vez Bergman exploró esos textos de Antonin Artaud, el visionario que removió el clasicismo teatral para darle otros impulsos y sacarlo de lo académico, aunque luego sus escritos incomprendidos en un primer momento, con el tiempo, fueran motivo de exhaustivos estudios académicos. Apareció en mi mente Artaud cuando vi el rostro del personaje Antonius Block, dudando, angustiado, marcado por los sufrimientos de una Cruzada religiosa, de la cual había regresado buscando a Dios, buscándose. Él duda y su escudero también duda, mas de una manera más pragmática, algo simple, algo sabia. Ambos dudan, y ambos se acompañan y protegen.
La muerte es un hombre que sólo se resiste a llevarse a Antonius, anteponiendo su capacidad
ajedrecística, a la que el Caballero vence hasta que la Muerte cobra la revancha en el tablero y en la mortalidad. Antonius buscaba darle un sentido a su existencia, antes de partir, y no hay inmanencia que alcanze, ni cuando mira a la joven bruja que se aferra a un demonio que pretende sea su amante. Aunque morirá espantada y sola, y ninguna creencia la redimirá. Aquellos rostros de Antonius y su escudero Jons cuyas miradas magnifican la compasión me hicieron pensar en la futilidad de la vanidad. Y en la fugacidad, una vez más en la fugacidad de la existencia. El blanco y negro alternados cayendo con tal fuerza en las escenas, estremecen y
compungen, subliman y otorgan cierta paz, alejamiento de toda violencia común. Si hay alguna violencia, ésta es la de lo sensitivo y lo racional en armónica fusión, de pronto trastocadas a través de la duda y el desasosiego.
Aquello que llaman esperanza
Los juglares y actores Jof y Mía son personajes que simbolizan lo que el Caballero Antonius busca en un ser omnisciente, y solamente lo intuirá al final, cuando la Muerte le lleve, y quizás por eso esa escena final, en la que hay una danza, donde los personajes están de la mano sujetos a la Muerte, mas no hay en esa danza, en los movimientos de aquellas sombras, aflicción. Aquello me llamó fuertemente la atención e hice click para detener al escena y quedarme un rato pensando. Luego la vi nuevamente, escuchando las palabras de Joseph que los ve, así como vio a una madre guiando a su niño que aprendía a caminar, y a quien identificó como la Virgen y el pequeño Jesús; palabras de Jof que Mía, su mujer oye sin darles importancia, no en una actitud frívola si no en un descreimiento natural. O recordar a la misma Mía diciéndole a Antonius que hay gente que vive atormentándose, mientras él atesora esos instantes, fresas compartidas, sonrisas y conversaciones gratas. Palabras de Jof, sencillas, que traslucen la aceptación de algo indefectible, la mortalidad de la cual nadie escapará. Aunque él, Mía y su bebé sobrevivan en ese tiempo, tiempo fugaz.
Cada escena tiene su belleza e importancia: cuando hacen bailar a Jof sobre la mesa y se burlan al unísono de su desamparo y verguenza. El azuzamiento del ex-teólogo convertido en ladrón de muertos, la conversación del escudero con el pintor, las partidas de ajedrez que Antonius y la Muerte juegan, más allá del juego en sí, con esas nubes difuminándose en un cielo oscuro, que precede días terribles. O cuando la Muerte corta un árbol para que perezca el actor
que fingió morir, rechazando su ruego. Cada escena contiene su signo que se complementa con el otro, encajándose en una armazón que es no sólo técnica, si no esencial. Todo es esencial en
'El Séptimo sello' y es quizás eso lo que quería escribir finalmente aquí.
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'El Séptimo sello
Título original: Det Sjunde Inseglet Producción: Svensk Filmindustri. Dirección de producción: Allan Ekelund. Argumento y diálogos: Ingmar Bergman. Fotografía: Gunnar Fischer. Decorados: P. A. Lundgren. Vestuario: Manne Lindholm. Coreografía: Else Fischer Montaje: Lennart Wallen. Música: Eric Nordgren. Dirección Musical: Sixten Ehrling. Sonido: Aaby Wedin. Ayudante de dirección: Lennart Olsson. Dirección : Ingmar Bergman. Origen : Suecia. Año: 1956. Duración original: 96 minutos.
Actores y actrices: Max von Sydow (Antonius Block), Gunnar Bjornstrand (Jöns), Nils Pope (Jof), Bibi Andersson (Mia), Bengt Ekerot (la Muerte), Ake Fridell (el herrero Plog), Inga Gill (Lisa), Erik Strandmark (Skat), Bertil Anderberg (Raval), Gunnel Lindblom (Muchacha), Inga Landgree (Karin), Maud Hansson (Acusada de brujería), Anders Ek (Monje renegado), Gunnar Olsson (el Pintor), Lars Lind (Monje joven), Benkt-Ake Benktsson (Posadero), Gudrum Brost (Mujer del Posadero), Ulf Johansson (Jefe de soldados).
14 comentarios:
oye
vir
está
amaneciendo,
desde mi ventana, veo que va aclarando, fátima se recorta y veo desde aquí el morro solar, no he dormido bien y tú también estás despierta......
Descansa... ese morro solar, es una buena imagen ¿sí?
Perdona si se fue tu otro comenatario, porq' moví la foto.
Ahora sí voy a darme una pestañeadita. Chao.
Vir: komo eskapar a lo inevitable, (a lo deskonocido, a la angustia)
ke es lo ke nos komplika esas maneras.
sigo pensando en tu post... en artaud, en la muerte, en el nihilismmo o si a lo mejor se trata de eso?
Que hermoso artículo nos regalas hoy! me emocionó leerlo y recordar las deslumbrantes imágenes que aún quedan en mi mente y los sonidos de ése film.
Me encanta leerte Vir, seguir tu blog de cerca que es como seguir tu vida, y me encantan tus comentarios en el mío.
Gracias
Kubi: estuve en casa un rato, sali,y apenas regreso te contesto.
Tu búsqueda nunca será idéntica a la mía, a la ellos, a la él... Sólo que no son muchos los que 'buscan'... Si unos abrazan al nihilismo, es porque sus anhelos no son para ellos más que espejismos, y nada les importa demasiado en un mundo caótico. O casi nada les importa. La muerte es algo de lo que nadie se libra, y su latente presencia es para algunos fuente de angustias constantes.... Lo que yo creo, responde a un imaginario que he ido forjando de manera consciente e incosnciente, y romper con lo que percibo como 'piedras' que si no aparto, me harán el camino, más sinuoso de lo que puede ser, es mi praxis que se va decantando... Por ello, Kubi,leer filosofía, indagar, aprender y aprehender, cuestionar, meditar, es lo que veo tiene sentido en relación a los otros, a mi entorno, a la sociedad en la que vivo y en la que no soy un individuo marginado, aunque sí pueda ser 'marginal' respecto a lo propugnado... Y creo que ya me stoy poniendo complicada y eso ni hablar, así que me despido
con un muy grato salute.
Que tus desembarcos en el puerto te lleven buenos vientos...
Álvaro, ¡hola!.
Cuánto me alegra que este post haya sucitado en ti recuerdos nítidos de una película emblemática, que sin duda forma parte de nuestros propios imaginarios.
A tu 'Ojo al texto', voy con la certeza de hallar algo nuevo, algo interesante, y así sucede .
Gracias y seguimos en contacto.
Reconozco ignorar dicha película , mas haré lo posible en conseguirla. Los diálogos y fotos que has puesto parece captar la esencia del Film.
desde aqui tambien veo el morro solar :)
Saludos ...
(ah! te linkee para no perderte de vista)
Ahí nos leemos ;)
Ronal, sé que apreciarás esta película, es m´ss sé que quedará indeleble en tu memoria.
Gracias y salutes.
Una gran pelicula, que ilustra el conflicto entre la vida y la fatalidad humana. Quien susurra las jugadas del ajedrez a la muerte?
Un abrazo muy grande desde el aura
Gracias por tu comment, Vir. Sabes, ahora que he leido tu profile y estoy husmeado tu blog, dibujo esa sonrisa secreta que se forma al saberse común a otro. Al menos en lo referente al cine, que es otra de mis manías. Te visitaré más seguido. A propósito, sabìas que para el Festival de Cine de Lima viene la musa de Bergman?
Chocoadicta: ciertamente, inolvidable: escenas como las de las partidas de ajedrez, la tortura final de la joven bruja, el momento en el que Antonius confiesa sus angustias... en realidad es toda película.
Gracias por tus vitales deseos par nuestro país, gracias.
Ludovico: la Muerte no podría dar respuestas a Antonius. En el film, la Muerte es inteligente, astuta y
sólo posterga su llegada,mas no perdona. Ni alguien le habla ni está acompañada. Es una metáfora, más que un misterio.
Grato desembarco, el tuyo Ludovico. Gracias y hasta pronto.
Óscar: ¿Bibi Anderson vendrá?. Sólo sé que habrá un Festival de cine latinoamericano. ¿Podrías contar más? ahora he visto que tienes 2 blogs. Y estaré leyendo tu 'Notas'.
Cine: todo un universo o como un mar...
Salutes Óscar.
Hola vir, te paso a saludar. No soy muy dado al cine desde hace tiempo, me desepero mucho, y a veces me siento apabullado: sucede que me siento como capturado, y a veces no me la creo, me doy cuenta de que estoy en un trance... Todo esto pa decirte que no he visto la película, pero que me resultaron interesantes las conexiones entre Blake, Artaud, etcétera... Quizá leer posts como este me saquen de mi tirria cinematográfica... Aunque no sufro tanto...
saludos
Naxos´, me sorprendo unos instantes por lo que me comentas. Mas luego lo medito...
Sin embargo te gustaron 'Matrix' y 'Amelie', que son dos películas antológicas...
A través del cine, econtrarás otras aristas para profundizar tus valiosos análisis o el armónico funcionamiento de la maquinaria del pensamiento -para decirlo en tus términos- .
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