Queridos bloguistas, lectores no bloguistas, voyeurs, y todos los que pasen por este Puerto, si no vengo asiduamente a navegar aquí es porque atravesé la orilla y me dije que debía escribir en un registro más personal. Y ser más dura conmigo misma. En una nota autolapidaria sin trolls de por medio. [Lo truculento de la existencia blogger, ja o no es para tanto :)]
Han sucedido hechos de los que cuando sea ancianita, les contaré a mis nietos, si acaso los tengo, sobre cómo pasamos en el Perú, años vergonzosos, cómo la Historia se va develando en medio de dictaduras abiertas o no, cómo se conquistan espacios democráticos, cómo no se olvidan las desapariciones y crímenes. Cómo gozamos y lloramos también.
¿Nuevas generaciones serán capaces de acabar con la corruptela que es la mayor ponzoña e impedimento para romper con todo lo que obstruye las posibilidades de forjar un país sólidamente fuerte, que rechaza ser nido de expliadores?. Oooh, no soy alguien que aspire a un
asiento en un hemiciclo del Congreso o en algún estamento. Soy alguien como cualquiera de ustedes. Quizás la maternidad influye en movilizarme más en la mirada introspectiva y panorámica sobre nuestro país. Quizás también influye la cultura política desarrollada desde que era una pequeña observadora a la que mi padre decía: hey mi niña, mira todo a tu alrededor y no aceptes que todo lo injusto que veas, sea normal.
Mohamed Alí. Luther King. Angela Davis. Malcom X. Queridos, ¿qué le dirían a Obama ahora?.
Capitales que financiaron a Obama, veamos...¿cómo hará Obama para no transigir con quienes tienen el poder del dinero? . Solo no podrá contrarrestar la avalancha.
Y es que lo emocionante es ver la inmensa marea humana de estadounidenses, cansada de la guerras, el intervencionismo militar, de todo lo que USA representa. El orgullo americano no es ciego al final y al cabo.
El advenimiento de retos fuertes llega. Racionalmente serán confrontados. Y también con coraje.
Esta madrugada pensaba en los hogares. En un post anterior decía que soy afortunada. No me desdigo. Pero no siempre los que queremos se quedan con nosotros. Creo que lo que queda es dar. No en una nota de sacrificio. Si no de alegría. Carajo, sí. De potente alegría. Que no nos quiten la alegría.
Enamorarse. Gozar lo que puedas gozar. Que el deja vú sea algo que llegue cuando es imposible que no llegue. Pero no voy a volverme una mujercita tristona. Noooo.
Gracias a un amigo mexicano de las redes sociales, un linkeador maravilloso, me enamoré de este video que ahora verán. Gracias al amigo, al video y a mi afecto por este hogar que es Puerto Asterix, escribí este post.
Volver al Puerto es una de mis pastillas vitamínicas para el karma. ¡Eyoleé!.
¡Inmensos salutes querida blogósfera, yeeeeaah!.
Niños Mutantes- Como Yo Te Amo