11.4.06

17 años adiós

Cumplía 17 años y llevaba a la bebé en su regazo, como un paquete. Aún no sabía cargar a su pequeña. Aún no sabía qué hacer con ella. Caminaba por las calles de Surquillo, entre el agobiante smog y las miradas de los vendedores ambulantes. Surquillo se elevaba en la húmeda primavera como una enorme avenida desolada que devoraba a Estela, a su bebé, a las Estelas que perdidas, querían tirar a sus bebés en canastas y ponerlas al pie de las puertas con cartas desesperadas donde rogaban cuiden a sus bebés.
Las Estelas los abandonaban y luego se extraviaban en la infinita noche. Tristes y pobres, desaparecían en la historia oficial y en las estadísticas. Sus bebés se quedaban sin leche, leche del seno, leche o vida, y conocían tempranamente a la muerte, eran sus bebés. Los bebés de la muerte.
Estela apretó la diminuta mano de su bebita y dejándola en aquel canasto rojo frente a una casa gris dijo: "adiós 17 años, adiós hija".
Y jamás la volvió a ver.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Claro, la casa gris, tenía que ser gris y el canasto rojo.

a la flor se le ve sobre el jardín, suspendida.


feriados, ya vienen
hey , recuerdas que quiero fundar algo distinto?

nacho dijo...

Pues yo creo que nunca dejará de verla.

La gata que no esta triste y azul dijo...

Que triste...
Y la niña fue afortunada si la dejo en la puerta de una casa.
No es el primer niño que encuentran en un contenedor de basura, como si fuera una basura mas y no una vida que empieza...

Enigma dijo...

Ahhhh... que manera de vivir.

Saludos

El Enigma
Nox atra cava circumvolat umbra

CÉSAR CASTILLO GARCÍA dijo...

O sino, demanda por alimentos.

Laura Martillo dijo...

es el inicio de algo o son esos fragmentos que liberan la mente, sin final ni inicio?

Gatito viejo dijo...

Demasiado real, por desgracia...
Triste, muy triste realidad.
Saludos

Rain (Virginia M.T.) dijo...

A etse post le corregí lo de oos colores....
Ojala lo hayan leído con esa correción sino había una redundancia.

Sí, de alguna manera, ha habido una liberación al escribirlo.

17 años. Y jamás la volvió a ver.