¿En el cybermundo te conocen?

Nos mostramos, somos percibidos, percibimos a otros. Imaginamos, captamos, llegamos a veces, sí, a una empatía real en este cybermundo.
Cuando leí los comentarios al anterior post, me di cuenta que no fui expresamente clara.
Me referí a un paréntesis dutante el día, conmigo misma para luego abordar la compu hacia la medianoche. Porque entre la cotdianidad con sus signos y la interiorización hay una distancia, algo que es posible sea estelar. Una ruta creada, con sus señalizaciones, búsquedas dentro de una búsqueda más intensa...

Sin embargo, comprendí también que se había desplegado una buena voluntad.
Y en medio de todo volví nuevamente a pensar en los diversos rostros que conozco.
Rostros delineados a través de la cybercomunicación. Rostros que recuerdo y convoco. Cada rostro tiene sus gestos, unos los marcan versátilmente y hay algo indudablemente genuino en sus expresiones. Otros aún no encuentran sus propios gestos, es como si tantearan en la oscuridad, anhelando aprehender los gestos que los expresen . El gesto que hace al individuo, o el individuo plasmándose en el gesto, en la actitud.
Plena subjetividad en mi mirada.

Leo bitácoras hace tiempo, las he seguido con constancia y solamente estos dos días que han pasado, he interrumpido mis lecturas habituales. El paréntesis había comenzado y hoy casi culminó.
.............................................
El rizoma está en mi mente y mueve mi cuerpo. El rizoma como pulsador y agitador estético.
..............................................

Camino por el salón donde suena 'Taxi driver' de Herman Hermann. Es una música de ciudad nocturna con una sensualidad concentrada y fina. Veo los pianos, la belleza de sus formas, y descanso. Antes de irme del puerto, permanezco unos instantes en absoluta soledad.
Descanso.

* Ilustración, de Gustav Klimt.