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8.3.07

Ni más ni menos: mujeres.

Ayer caminé horas por la ciudad. Mi condición de desempleada crónica me llevó a recorrer lugares, batirme con el sol como a un enemigo cayendo sobre mí. Vi tantos parques, me alegró eso, me alegró profundamente el verde verde de la ciudad.

Oscurecía temprano, como en un anunciado despido del verano. Tenía poco dinero y a pesar de eso, incurrí en una dulce necedad. Entré a la sala del Teatro de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (sí, me gusta llamarle por su nombre completo) y vi el film realizado por un afgano,
"Osama".

Se notaban los rudimentarios recursos usados para realizar esta película, lo que fue secundario ante la trama, las actuaciones, todo lo que comunicaba "Osama".
Horas antes me había sentado un rato en el Parque Universitario, a descansar y pensar otra vez en
este post y sus comentarios. Mi primera reacción, recuerdo que fue de desconcierto. Me quedaba una impresión de absurdo. Algo que en vez de alejarme de los enunciados feministas, me acerca más a ellos.

Sé que al leer el post enlazado, los hombres, especialmente se sentirán gratificados. Así que no tengo la mínima intencion de desgañitarme, en un sobreesfuerzo por persuadirles para que lo procesen con más detenimiento y siempre sin perder de vista la amplitud de criterios.

De veras que las mujeres no son seres ideales. Me he topado con algunas que son más duras con sus semejentes, que los hombres y que son también más desconsideradas, envidiosas y falaces.

Las mujeres son parte de la humanidad, como género no están exentas o vacunadas contra la ruindad. Sólo que eso no me hace invalidar la creencia en que son las mujeres las que han resistido históricamente el embate de los maltratos más fuertes.

En el post enlazado, noto el persistente uso de la comparación entre hombres y mujeres, en un afán de demostrar que los hombres no tienen por qué ser considerados los villanos, los abusadores, en fin, que no son menos sufrientes que las mujeres.
Aquellas mujeres que se vengan de los hombres, con sus conductas de "mandonas" o las que se complacen en considerarse víctimas (aunque en realidad sean sí, víctimas de violencia, por ejemplo) son los modelos en los que se basa el argumento de quienes se sienten desplazados injustamente por la defensa de la mujer, defensa que ella ha asumido a niveles alarmantes para los maltratadores consuetidunarios que abundan en el mundo. Porque no es una realidad inventada, basta ver las estadísticas que no cubren todos los maltratos existentes porque hay muchas mujeres que no denuncian por verguenza que son golpeadas y vejadas constantemente. El miedo, aún hace presa de ellas, que no cuentan con un soporte psíquico que las aliente a salir del marasmo y la resignación.

Sobre la mujer como misterio, idea sobre la que los romances medievales sobretodo se apoyaron para trazar una idealización de su imagen, se percibe que está cayéndose a pedazos. Es una de las destrucciones halagüeñas que en este nuevo siglo, se sienten, tanto que la idea del andrógino está tomando una fuerza que espanta a los ortodoxos defensores de la idea de la mujer como paradigma del misterio y la belleza.

Como si el misterio tuviera sexo.
Como si el misterio, que es una construcción imaginaria con sentido estético, tuviera que ser exclusividad de un género.

Simone de Beauvoir lanzó la idea sobre la mujer que se hace, en el contexto de que "lo personal es político". La mujer que se construye a sí misma.

Naces con una belleza. Tu rostro es hermoso. Esta belleza te hará tener ventaja sobre otras mujeres, para las mentalidades convencionales y no convencionales. Esta belleza también puede ser tu perdición, porque te concentrarás en ella y te descuidarás de mirar más allá del cuidado de su fulgor. O esta belleza hará que te codicien, que te acosen y hagan daño.

Las muchachas bellas, que son pobres no tienen guardaespaldas ni se desplazan cotidianamente en autos.

El problema de la clase social siempre está atravesando la vida en sus subjetivas relaciones. Por los posicionamientos económico-sociales, las mujeres también están divididas entre sí.

Mientras que la inteligencia no sea el mayor atractivo de un ser humano (la cuestión ética está estrechamente ligada a su efecto: un ser inteligente y ruin es repelente, a menos que sea un "malo" de película, o sea un "malo"de ficción) sea hombre o mujer, no sé de qué avances cualitativos puede hablarse, sino es de algo figurado.

Dejar en un plano olvidado que las mujeres no eran consideradas como ciudadanos y que luego lo serían, de segunda clase, es colocarlas en un nivel de bruma, como si la historia fuera una gran cortina de nubes, pasajes escritos con una mirada caleidoscópica.

Cuando leo y escucho expresiones de amargura acerca de cómo la mujer desde las primeras experiencias comunitarias en el planeta, se fueron quedando en casa mientras que el hombre tuvo que salir a hacer las faenas más duras, pienso en aquel estadio, donde existían las mujeres amazonas, pienso en lo que me contaba mi niño, sobre una niña que tiene la misma edad que sus compañeros de aula, ella tiene más fuerza que cualquiera de ellos. Pienso en cómo lo injusto se ha oficializado a través de siglos.

Cada vez pienso en la sociedad optimizada, que alguna vez llegará, siendo a pesar de todo imperfecta porque los seres humanos somos imperfectos. Pienso que en esa sociedad el trabajo será diferente, sin horarios de ocho horas. En realidad no habrán horarios. Habrá tiempo para existir, como lo prefiguraran los utopistas. Como lo planteara Paul Lafargue, en "El derecho al ocio" . Y los seres humanos no se mirarán con resentimiento porque unos trabajen y otros no, ni se mirará despectivamente a los desempleados que no engrosan la población económicamente activa. No habrán desempleados. Habrán seres humanos haciendo lo que más les gusta hacer: o es que la imaginación será el aliciente de los seres humanos. El mayor aliciente.

Entretanto, las mujeres no nos conformamos con ser lo que otros quieren que seamos, o de responder a los imaginarios que nos ponen como vírgenes, putas, malditas o benditas señoras y señoritas. Que no somos las señoras de nadie ni las señoritas correctas que los rezagos de una sociedad cerrada sobre sí misma, exigen. Eso, somos más que esquemáticas imágenes, seres de carne y alma.

Somos mujeres, ni más ni menos y hace tiempo que dejamos de guardar silencio.

Abraxos de ventura, especialmente para todas ustedes, mujeres de la blogósfera.






Acerca del Día Internacional de la Mujer.
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