Cuando mi padre me rescató de la asfixia en medio de la procesión del señor de los Milagros, el vértigo aún no pasaba. Allí estaba el infierno, en medio de oraciones y zahumerios, y la imagen de Jesús crucificado caía sobre mi y yo como una heroína de cómic volaba y le propinaba un golpe mortal. Jesús no tenía la culpa y yo alucinaba.
Caballitos de carrrousel. Y ya papá no estaba ni el ángel de la guarda. Sólo la rueda que giraba y el caballo desbocado de medio lado me arrojaba como si fuera una muñeca y el niño pelirrojo se acercó y me levantó El vértigo fue ese cabello rojo dando vueltas y el caballo tronando en esa tarde de verano. El vértigo era el tornado mental y la aventura inesperada. Los niños se reían, el pelirrojo sólo conreía y desde aquella vez el vértigo es rojo, rojo y se ríe.
El colegio: las monjas patitiesas hurgando en mi maleta . Pelucones con guitarras eléctricas las miraban desde afiches desdoblados.
Yo hubiera querido que ellos salten de cada afiche y las persigan por el gran patio. Hubiera querido que sean caníbales y se las coman en pedacitos sazonados con ají. Yo era una niña rockera y las monjas eran la Inquisición.
La voz de la Madre Directora lanzando la orden de guerra. Salida dominical para las niñas solitarias. Y los pelucones se quedaban en la maleta y mi papá estaba en un ataúd. Y Sor Clarita era tan joven y yo la quería, sólo que se enamoró tal vez de un pelucón y no regresó.
Edificio en Miraflores: Sor Clarita no vendría a decirme: "mi nena, ven conmigo" ni su hábito blanco flamearía como una bandera de paz. Oh, ¿dónde estarás Sor Clarita? Tu enamorado pelucón te adoraría y te pasearía en moto bordeando la playa de Barranco, tal vez Sor Clarita y besaría tus ojos azules, oh, tal vez.
Casi me caigo de aquel piso o eso pensé y el vértigo era rojo, mas no estaba el niño sonriente, ni Sor Clarita, ni siquiera la sombra de papá, como el fantasma de Canterville, saliendo de su viejo castillo. Papá no era gruñón y el fantasma de Canterville, sí, mas ambos podían ser fantasmas que en medio del vértigo se pusieran a jugar ajedrez y en cada jaque me rescatarían del vértigo y el final feliz duraría una escena larga como el breve amor.
O el vértigo en esa ventana. Mientras la niña hubiera querido ser trapecista o tener alas para sobrevolar la ciudad. El vértigo no me alcanzaría por nada del mundo.
Kim Novak caía en esa torre y el campanario sonaba talán talán y James Steward sufría tanto. Yo sufría también; el vértigo volvía en la oscuridad y en mi butaca, los latidos de mi corazón resonaban y el fuego llenaba el cine. Allí me incendié y amé el vértigo.
Quien ame el cine sabe qué es incendiarse y no quemarse, que es lo mismo que amar el vértigo y volar. O tornarse etéreos frente al celuloide como un fantasma sorprendido.
¿Papá, donde estás hay vértigo?
Embriagarse por primera vez y caer suavemente mientras el vértigo se lleva las palabras cruzadas, el aliento a vino tinto y el pitillo de marihuana escupido.
Los rostros de las colegialas se alargaban o eran círculos de enanas trastornadas como en los espejos que hacen reír. Y el vértigo era un tornado que se llevaba los pensamientos y tú papá, te hubieras asustado al verme roja y azul.
Vértigo al ver a ese chiquillo con su mechón cayéndole en la frente y su risa metálica. Ooooh el primer beso en un garaje a media luz. Oooh, ese beso se ha perdido en el tiempo y esa batería en una esquina ya no está, ni el chico es un chico ni yo soy quien fui.
Nietzsche, o volar por la ciudad de Zaratustra y en ese vuelo, el vértigo llega y caigo, caigo hasta el fondo del abismo y la muerte tenía una mirada de tigre agazapado. El vértigo salvador.
Nadie sabe qué me pasó. Ni tú, papá.
Oh, fumar en ese mirador. Qué escena me diría dónde está el amor de los cigarrillos puros. Es como ceniza vértigo y la cadencia de la ilusión, un fraude.
Ultramar, diría el amable cananeo. Ultramar no veré si el vértigo ceniza apaga la mirada.
Quiero cigarrilos y oír que nadie insulta a mi gente. Nací al lado del mar, donde la ciudad es vértigo y lluvia, ola y soledad, caída y renacimiento, y todos los laberintos protegen al minotauro que nadie matará.
Escúchame: si vas a la guerra, cuídate del vértigo sin color.
Caballitos de carrrousel. Y ya papá no estaba ni el ángel de la guarda. Sólo la rueda que giraba y el caballo desbocado de medio lado me arrojaba como si fuera una muñeca y el niño pelirrojo se acercó y me levantó El vértigo fue ese cabello rojo dando vueltas y el caballo tronando en esa tarde de verano. El vértigo era el tornado mental y la aventura inesperada. Los niños se reían, el pelirrojo sólo conreía y desde aquella vez el vértigo es rojo, rojo y se ríe.
El colegio: las monjas patitiesas hurgando en mi maleta . Pelucones con guitarras eléctricas las miraban desde afiches desdoblados.
Yo hubiera querido que ellos salten de cada afiche y las persigan por el gran patio. Hubiera querido que sean caníbales y se las coman en pedacitos sazonados con ají. Yo era una niña rockera y las monjas eran la Inquisición.
La voz de la Madre Directora lanzando la orden de guerra. Salida dominical para las niñas solitarias. Y los pelucones se quedaban en la maleta y mi papá estaba en un ataúd. Y Sor Clarita era tan joven y yo la quería, sólo que se enamoró tal vez de un pelucón y no regresó.
Edificio en Miraflores: Sor Clarita no vendría a decirme: "mi nena, ven conmigo" ni su hábito blanco flamearía como una bandera de paz. Oh, ¿dónde estarás Sor Clarita? Tu enamorado pelucón te adoraría y te pasearía en moto bordeando la playa de Barranco, tal vez Sor Clarita y besaría tus ojos azules, oh, tal vez.
Casi me caigo de aquel piso o eso pensé y el vértigo era rojo, mas no estaba el niño sonriente, ni Sor Clarita, ni siquiera la sombra de papá, como el fantasma de Canterville, saliendo de su viejo castillo. Papá no era gruñón y el fantasma de Canterville, sí, mas ambos podían ser fantasmas que en medio del vértigo se pusieran a jugar ajedrez y en cada jaque me rescatarían del vértigo y el final feliz duraría una escena larga como el breve amor.
O el vértigo en esa ventana. Mientras la niña hubiera querido ser trapecista o tener alas para sobrevolar la ciudad. El vértigo no me alcanzaría por nada del mundo.
Kim Novak caía en esa torre y el campanario sonaba talán talán y James Steward sufría tanto. Yo sufría también; el vértigo volvía en la oscuridad y en mi butaca, los latidos de mi corazón resonaban y el fuego llenaba el cine. Allí me incendié y amé el vértigo.
Quien ame el cine sabe qué es incendiarse y no quemarse, que es lo mismo que amar el vértigo y volar. O tornarse etéreos frente al celuloide como un fantasma sorprendido.
¿Papá, donde estás hay vértigo?
Embriagarse por primera vez y caer suavemente mientras el vértigo se lleva las palabras cruzadas, el aliento a vino tinto y el pitillo de marihuana escupido.
Los rostros de las colegialas se alargaban o eran círculos de enanas trastornadas como en los espejos que hacen reír. Y el vértigo era un tornado que se llevaba los pensamientos y tú papá, te hubieras asustado al verme roja y azul.
Vértigo al ver a ese chiquillo con su mechón cayéndole en la frente y su risa metálica. Ooooh el primer beso en un garaje a media luz. Oooh, ese beso se ha perdido en el tiempo y esa batería en una esquina ya no está, ni el chico es un chico ni yo soy quien fui.
Nietzsche, o volar por la ciudad de Zaratustra y en ese vuelo, el vértigo llega y caigo, caigo hasta el fondo del abismo y la muerte tenía una mirada de tigre agazapado. El vértigo salvador.
Nadie sabe qué me pasó. Ni tú, papá.
Oh, fumar en ese mirador. Qué escena me diría dónde está el amor de los cigarrillos puros. Es como ceniza vértigo y la cadencia de la ilusión, un fraude.
Ultramar, diría el amable cananeo. Ultramar no veré si el vértigo ceniza apaga la mirada.
Quiero cigarrilos y oír que nadie insulta a mi gente. Nací al lado del mar, donde la ciudad es vértigo y lluvia, ola y soledad, caída y renacimiento, y todos los laberintos protegen al minotauro que nadie matará.
Escúchame: si vas a la guerra, cuídate del vértigo sin color.
Ilustración: Afiche de la película 'Vértigo'.
15 comentarios:
al final el vertigo esperará nuestra llegada, como un bus solitario esperando al ultimo pasajero, solo que despues del vertigo ya no hay memorias. el vertigo es pues, la ultima frontera
Como el límite entre el infinito y la nada.
Digler, cuando estás en la nota meditabunda, te transfiguras.
:-)Salutes.
Bexox.
Graxiax
:-)
También grax.
vertigo. caleidoscopios. laberintos. el tiempo a veces tiene cara de todo eso. si supiera de lo que estoy hablando sería pleno. mejor sería saber lo que estoy pensando. mejor tambien te mando un beso.
Tu pupila está oculta.
Oh, creo que ya la vi.
Oye, y por qué solo hablas de tu padre ... y tu madre? ...
Hola, no conocí a mi madre.
Y tú, ¿qué tal?
...
Ah, si hubieras leído mis posts, un tiempo, no me hubieras preguntado por qué no escribo sobre mi madre.
Chao.
un poema de piel a media luz
una trampa tendida
caminado despacio y sin mirar
como esperando caer
tan dulce es el vértigo
caer caer caer...
letra de Vértigo-dolores delirio. Va precisa contu post Vir.:)
Mi querida Viollacea, en el vértigo, aveces es posible ver lo traslúcidoy extraño.
Un abracillo.
Vértigo. Me has hecho acordar que tengo una info interesante de la peli para colgar en mi blog... grazie!
:-) Grax a ti insomne Óscar.
Miraflores, las mojas (pobrecitas), el pelucón secuestrador, el rojo vértigo que ríe, el vértigo ceniza del humo.
Muy logrado, Vir.
Yo sentí vértigo con la pregunta:¿Papá, donde estás hay vértigo?
Nicho, yo también lo sentí al escribir la pregunta y aún ...
...
Nicho, ¿has sentido vértigo?
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