Retrolux

Blasfemaría si con eso pudiera conjurar esta nebulosa que crece y cubre todo lo que veo.

Mas dejo la blasfemia para el giro mental. Como cuando salto ese muro mientras la ciudad duerme. Y tú estás lejos, demasiado lejos y sé que si me vieras no querrías mi delgadez ni mi extravío. Así que no estoy para lamentos, ni siquiera como en una película de Almódovar, llorando y haciendo el guiño a tu dorada mirada. Aunque eres tan juguetón y amanble, sé cuán frágil es la amabilidad cuando las palabras se mueren y no hay más belleza que la que alguien pinta y quema.
Es absurdo, todo lo que digo es absurdo y lo sé. No interesa ahora esta vaguedad ni los ojos perdidos, los tuyos, y tu etérea risa a través de todos los espacios mentales. Ni el sonido del tiempo cuando todo parece incandescente como tú que no me querrías, lo sé.

Los bigotes de Groucho Marx aparecen de pronto. Ah, grax, viejo Groucho, vienes cuando te quiero ver. Así que ya lo dije, Groucho, todo esto que se desvanece como un sueño en otro sueño, es como una rayuela garabateada. Lo dije antes, ¿recuerdas Groucho? es mejor, la soledad. ¿De acuerdo? siempre la soledad.

Retrolux era el amor extrañado y loco.
Retrolux lejano, soy un garabato y en ti me borro. Soledad en Lima, la bárbara madre, soledad, soledad, retrolux soledad.