Posibilidad demencial

Hay una manera de seducir a las gentes: hacerles creer que es deseable lo que se les ofrece. Aunque la ruina esté implícita en esta seducción.
Estoy pensando en el que fuera Presidente dos veces hace poco en nuestro país. Ese señor de ascendencia japonesa que ahora está aquí a unos kilómetros, en Chile. Le recuerdo 'bailando' una tecknocumbia creada especialmente para él. En realidad no sabía ni bailar, apenas daba unos pasos sin ritmo. Mas a nadie le importaba eso, claro.
A mí, siempre me importó, aunque eso no era lo decisivo para descalificarlo,

(ver a alguien a esa edad que no sepa bailar es ver a alguien soso que no sabe disfrutar lo que se puede disfrutar. Y eso es sospechoso)

y sobretodo su gestualidad. Lo que él demostraba como 'enérgica personalidad' a través de su mirada y de sus gestos, me mostraba un tipo nada confiable. Absolutamente no.

Dirán que todo esto es subjetivo y que roza lo alucinatorio en todo el sentido de la palabra. Y es que en verdad es subjetivo y gloria a la subjetividad que alimenta la creación y la intuición. Años de gobierno de Alberto Fujimori, son referentes vastos para saber qué nunca fue un inocente o un 'chivo expiatorio' con un Asesor de confianza al que le reiteró ésta una tras otra circunstancia.
Luego de la matanza de Barrios altos, por ejemplo.

Aquellos que sustentan que a muchos nos molesta que gobierne un hombre común, tratan de separar a los que somos 'comunes' de otros 'comunes'. Como si - mostrando un caso-, mi condición de blogueadora me convirtiera en alguien separado de la gente, de lo cotidiano, del existir entre quehaceres domésticos, libros, educación de mi niño, etc. Y es como atribuir dones especiales a unos y los que son 'comunes' ponerlos aparte, como si no fueran parte de la misma realidad.

Escribe alguien común, lo sé.

Por ejemplo se dice que la mayoría en Estados Unidos apoya al Presidente y eso no es real. Hay una gran parte de la población que no vota, porque allí no es el voto obligatorio. Hay un desinterés o una desestimación de la política yanqui en fuerte grado.

Sobre Fujimori, decir que la gente común lo apoya y que eso molesta a los que no somos 'comunes' -qué apelación a hacer una engañosa separación- es falsear todo.
Quienes apoyaban a este 'señor' disminuyeron en cantidad, paulatinamente al darse de bruces con la realidad, con los desfalcos y los crímenes cometidos en su gobierno.

Posibilidad demencial: ver a Fujimori llegando a tierra peruana, mostrando la dentadura afilada y el gesto atildado para decir que ha vuelto como si nada hubiera sucedido después de que huyó del país y argumentando una y otra vez que no era dable volver a un país donde los actuales gobernantes lo tenían señalado para lincharlo políticamente. Ah, qué miedo.

Otra cuestión que cazo al vuelo es la de la gestualidad.
Tienes razón , Julio, Tú dibujante, observador radical de la gente. En eso tienes razón.

Lo de los gestos: hay algunos que actúan y ocultan su verdadera naturaleza. Si son asesinos, por ejemplo, fingen con gestos ser mansas palomas o si la dramaturgia y la comedia no les da para tanto, hacen un gran esfuezo y fingen ser simpáticos. Son muy astutos. Grrrrrr.

Lo que pasaba con Fujimori, es que siendo como era, se le consideraba 'duro', algo que gusta a la gente que se engaña creyendo que lo autoritario es sinónimo de fibra, firmeza pura. Oh, culto a la personalidad.

...


Ayer mi niño miraba con su padre 'El gladiador'. Antes la había visto conmigo, sólo que comenzada y esta vez la vio completa, con comentarios, respuestas a las preguntas que hizo.
¿Por qué el rey no luchaba? en este caso, porque estaba muy viejito.
¿Por qué se usaba pelucas blancas? la moda querido, siempre la moda.
¿Por qué el malvado obligaba a su hermana a acostarse y la miraba 'raro? Ah, aquí había que extenderse y hablar con claridad.
¿Por qué Máximo era tan querido?
- Escucha, él era un líder nato. Y cuando eso pasa, no necesita pedir protección ni rogar, manda sin mandar y es amado porque ama.

En este punto, la conversa alcanzaba su clímax porque Al se emocionaba y decía que le gustaba mucho el gladiador. Claro, si en un tiempo tuvo un correo electrónico en el que era un gladiador forverer. Sí, así era, forever.

Así que me percaté que Russell Crowe está magistral como el gladiador, un soldado heroico y desinteresado en ostentar el poder. Un general, no un noble de la jerarquía social sino un hombre 'común' mas sin duda extraordinario. El héroe por excelencia: los héroes no apunta a ser tales, simplemente lo son.

Aquella escena donde el Gladiador lucha solo contra un hombre protegido con casco y máscara, y donde fieros tigres lo atacan es de aquellas que aunque pase el tiempo conservan su fuerza: Máximo, vitoreado por las multitudes por no matar al vencido. Mágnánimo, Máximo 'El magnánimo'.

Días de cine con aroma a duraznos y colonia de baño.
Más allá, aparte la posibilidad demencial. El ex-Presidente vuelve.

Foto: El gladiador pasa con majestad de insumiso, entre hombres armados.
Russell Crowe, según esta blogueadora en su mejor papel.